Inspecciones a los restaurantes de NYC ya no serán tan “de sorpresa”
Restauranteros hispanos siguen buscando vías para no desaparecer, ante el rigor de una economía inflacionaria

Sandra Jaquez, líder gremial de los emprendedores gastronómicos y bares hispanos de Nueva York califica como "positivo" que las revisiones sanitarias tomen un giro a favor de la industria y los clientes. Crédito: Fernando Martínez | Impremedia
La gran industria de los restaurantes de la Ciudad de Nueva York, uno de los símbolos de la Gran Manzana, y uno de los ejes económicos más importantes empleadores de migrantes, todavía está buscando formas de recuperarse del duro golpe atestado por la pandemia, pero aún más, del aumento estratosférico del costo de los alimentos, la renta y sus gastos operativos.
Ante este escenario, en donde cada mes se tienen noticias de locales que cierran sus puertas, el Departamento de Salud de la Ciudad de Nueva York (DOHMH) está modificando su protocolo de notificación de inspecciones. Quieren disminuir la presión que enfrentan los restaurantes para mantener su operatividad.
Aunque atención: eso no significa, en lo absoluto, que se van a relajar los estándares de seguridad alimentaria.
El propósito fundamental radica en minimizar la probabilidad de que estos comerciantes, se vean obligados a enfrentar sanciones económicas, debido a detalles menores.
En concreto, ya los temidos inspectores, no llegarán tan de sorpresa a estos locales, sino que notificarán vía correo electrónico, con meses de antelación, que pronto vendrá una revisión. En realidad, los funcionarios de la Ciudad no especificarán el día y la hora de la visita. Solo darán alertas de que “está cerca”.
Aunque también se compartirán alertas y educación en línea, para que estas empresas puedan auto inspeccionarse.
“Muchas veces por un detallito mínimo, por un poster de información de higiene, que no está bien puesto en un baño, nuestros agremiados no solo reciben multas, sino que se le bajaba la clasificación. Y eso, necesariamente no tiene nada que ver con el higiene, sino con algunos formalismos, que a veces por tanta presión de estos negocios, no se pueden seguir en un 100%”, indicó la dominicana Sandra Jaquez, presidenta de la Asociación de Restaurantes y Bares del Estado de Nueva York (NYSLRA).
En medio de los desafíos de un espiral inflacionario, que adquiere más fuerza en los últimos meses, los ‘restauranteros’ venían quejándose de cómo el Departamento de Salud e Higiene de la Ciudad de Nueva York (DOHMH), realizaba inspecciones de higiene y seguridad, que en la mayoría de las veces, dejaba a esos pequeños negocios contra las cuerdas.
“Nosotros de ningún modo apostamos a que se baje la guardia de la seguridad y el higiene de nuestros negocios. Nosotros como gremio, y en mi caso además, como propietaria de restaurantes, sé que tenemos en la limpieza y el cuidado de los detalles de higiene un gran valor. Especialmente en un mercado tan competitivo, en donde a un cliente lo puedes perder por un pequeño detalle”, razona Jaquez.

Cuestión de clasificación
Y precisamente uno de esos detalles, es que en la puerta del restaurante no se exhiba la clasificación “A”, lo cual para muchos clientes neoyorquinos con cultura de comer afuera, es un signo de que algo no está bien, con las normas de higiene.
En la ciudad de Nueva York, se lleva a cabo la calificación de los restaurantes mediante letras (A, B, C), las cuales tienen el propósito de señalar su nivel de higiene y seguridad alimentaria.
La calificación A se otorga a aquellos restaurantes cuyo puntaje se encuentra entre 0 y 13 puntos, la calificación B se asigna a aquellos cuyo puntaje oscila entre 14 y 27 puntos, y la calificación C corresponde a aquellos con 28 puntos o más.
Mientras más puntos, se entiende que en la última inspección, se encontraron más fallas.
Jaquez, quien es propietaria de dos restaurantes en el Alto Manhattan, sabe de lo que habla. Conoce las experiencias de pequeños empresarios, que precisamente cuando recibieron la visita de los inspectores, estaban en un proceso de remodelación, o con el local a full capacidad. E inclusive, sabe de historias de emprendedores gastronómicos que han sido multados, o se le pusieron más puntos a su clasificación, simplemente porque un termómetro en el bar, no estaba operativo en un 100%.
“Quiero reiterar que celebramos este paso de la Ciudad, luego de meses de negociaciones, no porque esto signifique que vamos a relajar las normas. Por el contrario, ahora tendremos sitios más seguros, pero sin la presión que significa que una mala clasificación o una multa, termine de impactarnos en este momento económico, en donde nuestros márgenes de ganancias, son cada vez menores”, aseguró la líder gremial.
DOHMH: Más altos estándares
Este esquema de inspecciones en la Gran Manzana, tiene una historia de 220 años y con el paso del tiempo, la supervisión de la seguridad de los alimentos en una ciudad, con una escena culinaria tan amplia, ha sido una práctica fundamental de salud pública.
En este sentido, la Dra. Michelle Morse, Comisionada Interina del DOHMH expuso que se trata de la implementación de un sistema de notificación de inspección, por dos correos electrónicos, diseñado para brindarles más tiempo para revisar sus prácticas y más recursos para implementar mejoras que protejan la salud de los neoyorquinos.
“Queremos que todos los restaurantes de la ciudad de Nueva York apliquen prácticas de seguridad alimentaria de primera calidad. Y cumplan con los más altos estándares de protección a la salud”, indicó.
Las nuevas notificaciones incluirán información y recursos para que los restaurantes implementen mejoras, así como una lista de todo lo que un inspector de salud, buscará para que los restaurantes puedan ‘autoinspeccionarse’, e implementar mejoras de inmediato, para brindar un mejor servicio a los clientes.
Los avisos también remitirán a los negocios al ” Equipo de Servicio Exprés para Negocios de NYC ” (NYC BEST), que ofrece capacitación gratuita e individualizada sobre cumplimiento de estas revisiones y ayuda a los negocios a comprender mejor las normas de la Ciudad, para ahorrar tiempo y dinero, así como para evitar multas.
“Estamos reinventándonos”
Algunos cálculos basados en conteos de google maps apuntan a que la ciudad de Nueva York, cuenta con más de 48,000 restaurantes, de los cuales la gran parte están reinventando el negocio en un ambiente inflacionario complicado, con menos clientes en algunas localidades y con trámites burocráticos que desde hace algunos años parecen ir en aumento.
Por ejemplo, el propietario de un restaurante mexicano en Astoria, comentó a El Diario que el año pasado recibió una inspección. Como los contenedores de basura en ese preciso momento, no tenían la tapa y había una pequeña filtración, debajo de unas de las neveras, enfrentó varios problemas.
“La multa me llegó a $500. Nosotros somos obstinados con la higiene y la limpieza. En cuidar todos los detalles. Nadie es propietario de estos negocios de la noche a la mañana. Mi familia y yo tenemos 30 años en esto. Muchas veces la rotación de personal te afecta. Llega un inspector y precisamente en ese momento está un trabajador nuevo, haciendo las cosas mal”, comentó el empresario hispano.

Restaurantes siguen cerrando
Aunque no hay un número que describa con precisión, cómo muchos pequeños comederos hispanos, están cerrando en la ciudad de Nueva York, debido a las presiones económicas e inflacionarias, cada mes trasciende en reseñas de medios de vecindario, cómo algunos locales icónicos están desapareciendo de la escena gastronómica.
Como reseña el blog EV Grieve, el pasado mes de marzo cerró ‘Sabor A Mexico Taquería’, un restaurante mexicano de 15 años de antigüedad, ubicado en East Village. La propietaria, María Escamilla, declaró a la publicación que el aumento de los costos operativos se había vuelto insostenible.
“La economía, la renta, los suministros. Ya no podía pagarles a mis empleados. El precio de la comida sigue subiendo. El restaurante también ayudó a dar empleo a otras personas y les brindó sustento. Para mis amigos, familiares y clientes, esto significa mucho”, comentó María.
También la dominicana Sandra Jaquez, propietaria de dos restaurantes en Plaza Quisqueya, tuvo que cerrar las puertas de unos de sus negocios, para empezar a crear una propuesta distinta, que sea más rentable.
“Nuestro gremio no pierde el optimismo. Hay una economía que cambió, en parte también porque la tecnología impone nuevas formas en hacer negocios. Los emprendedores deben invertir en cosas que hace algunos años no existían. Nos estamos adaptando. Queremos apostar a todo para seguir adelante. Y hay muchas regulaciones de la Ciudad y el Estado, que deben seguir cambiando para darnos un respiro”, argumentó la portavoz de (NYSLRA).
Hay más regulaciones
Mientras se habla de una norma que podría significar un alivio, a la vez aparecen surgen otras regulaciones para la industria de los restaurantes, que han entrado en vigencia en las últimas semanas.
Desde el martes 25 de marzo, entró en vigencia una regulación, aprobada en el estado de Nueva York, que exige que las aplicaciones y los sitios web de entrega de alimentos, incluido el mismo sitio web del restaurante, agreguen enlaces visibles sobre todos los registros y calificaciones de las inspecciones oficiales más recientes del Departamento de Salud de la Ciudad de Nueva York (DOHMH), en el caso de la Gran Manzana. En el resto del estado, las localidades que cuenten con mandatos que exijan la publicación de los resultados de inspecciones sanitarias, también deberán seguir esta ley.
La omisión de esta nueva norma podrían acarrear multas de hasta $100.
La regulación S509B que debió empezar a ser aplicada en todo el estado, fue promulgada el año pasado y forma parte de una serie de paquetes legislativos a favor de la salud de consumidores.
Una nueva ley que entró en vigor el 21 de mayo exige al Departamento de Salud del Estado de Nueva York (DOHMH) que incluya avisos más claros, sobre intolerancias alimentarias, incluyendo los procedimientos a seguir si un cliente informa al personal sobre una intolerancia alimentaria y los procedimientos a seguir para prevenir el o cruzado.
Todos los restaurantes y servicios de catering del estado de Nueva York, así como los servicios de pedidos de comida en línea, deberán publicar este aviso revisado en lugares visibles y accesibles, para todos los empleados que participan en la preparación de alimentos.
Además, cada menú debe incluir un aviso que recomiende a los clientes que informen a su mesero sobre cualquier intolerancia alimentaria o que divulguen la información sobre la intolerancia alimentaria de cada alimento preparado en el menú del establecimiento. La multa por incumplimiento será de $125 por cada infracción.
El Dato:
- 77 inspecciones sanitarias diarias, realiza en promedio el DOHMH en la Ciudad de Nueva York, lo cual se traduce en 28,000 establecimientos de alimentos cada año.