J.D. Vance acusó a Gavin Newsom y Karen Bass por los disturbios en Los Ángeles

El vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, responsabilizó este martes al gobernador de California, Gavin Newsom, y a la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, por los disturbios que han sacudido la ciudad durante los últimos días, tras las redadas migratorias ordenadas por la istración de Donald Trump y el despliegue sin precedentes de tropas federales.

A través de un extenso mensaje publicado en la red social X, Vance no solo defendió la decisión del presidente Trump de movilizar a la Guardia Nacional y a la Infantería de Marina en territorio californiano, sino que además acusó directamente a los líderes demócratas de ser los responsables de las protestas.

“Newsom y su secuaz Karen Bass fomentaron y alentaron los disturbios, porque todo su movimiento político existe con un solo propósito: promover la migración masiva a nuestro país. Es su razón de ser”, escribió Vance.

En su publicación, el vicepresidente incluyó imágenes de los enfrentamientos en las calles de Los Ángeles, presuntamente captadas antes de que se autorizara el envío de tropas, en un intento de desmentir las afirmaciones del gobernador Newsom de que la situación estaba bajo control hasta la intervención del gobierno federal.

También criticó las políticas migratorias del estado de California y afirmó que los beneficios sociales para indocumentados, como la expansión del programa Medicaid en 2024, han incentivado la llegada masiva de migrantes al estado.

“Tus políticas ofrecieron enormes prestaciones sociales para recompensar a los inmigrantes ilegales, permitieron que Los Ángeles se convirtiera en una zona de guerra. Sin duda, tenías un problema antes de la llegada del presidente Trump. El problema eres Tú”, enfatizó Vance.

El gobernador Newsom y el fiscal general Rob Bonta presentaron este martes una solicitud de emergencia ante un tribunal federal para bloquear el despliegue militar ordenado por Trump, alegando que se trata de una “violación de la Décima Enmienda” y un “abuso de poder”.

Newsom también ha rechazado las acusaciones, calificando al presidente como un “tirano” y defendiendo la actuación de las autoridades locales frente a las protestas. En un comunicado, el gobernador señaló que, si bien hubo “algunos incidentes violentos”, las manifestaciones fueron en gran medida pacíficas y estaban protegidas por la Primera Enmienda.

“Enviar combatientes entrenados a las calles no tiene precedentes y amenaza la esencia misma de nuestra democracia”, declaró Newsom.

La situación se volvió aún más tensa con la llegada de casi 5,000 soldados a Los Ángeles, una medida que, según el Pentágono, costará $134 millones de dólares por un periodo inicial de 60 días. Según la Casa Blanca, el despliegue busca frenar lo que el presidente Trump describió como una “invasión extranjera” impulsada por “alborotadores que portan banderas extranjeras”.

La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, también ha defendido el manejo local de la situación y ha asegurado que las fuerzas del orden actuaron con proporcionalidad y contención. Sin embargo, las declaraciones de Vance han generado controversia, al señalar que tanto Bass como Newsom han “protegido a migrantes ilegales de las fuerzas del orden”.

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